25.6.12

El tejón no es ni blanco ni negro (la dualidad de las cosas): El abandonado George...


El mundo llora la muerte de una tortuga, una subespecie para ser precisos, sus congéneres sólo fueron masacrados como comida y por un azar, él fue el último; cargando algo más que el símbolo pesado de nuestros abusos y nuestra culpa.
Veo fotos, veo una lágrima, pero la verdad esa historia como su protagonista, es una historia muy vieja. En el caso de ese viejo quelonio no había nada más que hacer.
Hay esperanzas para otras tantas especies, y aunque no se trate de especies, de comunidades, de recursos.
Yo no quiero ver fotografías lamentables, parecemos plañideras, pero en cualquier caso lo importante es salvar lo que tenemos.
No lloren, de verdad, comprométanse, una tortuga condenada a la muerte hace un siglo no es tan importante como el agua y la tierra de la que vivimos.
Su tragedia sólo es un signo menor de lo que un día pasará a gran escala si no cambian sus hábitos.

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