28.8.12

Martes mamífero: Macroscélidos megacutes.


El nombre común de estos animalitos es “musarañas elefante” esto porque son pequeños, insectívoros, de pelaje suave, sumamente activos – como una musaraña – y además tienen los labios alargados de modo que semejan una pequeña y coqueta trompa que mueven al comer y al olisquear en busca de comida, pareja o depredadores. Actualmente, para aquellos que no son precisamente mastozoólogos, el nombre sengis es el aceptado como común, esto en parte para preservar el nombre que los hablantes bantúes le dan a estos animalitos y además porque sucede que aunque semejan a las musarañas en algunos de sus hábitos, no son musarañas ni están directamente emparentados, con la excepción de que ambos son euterios.
El orden Macroscelidea consta de 4 géneros con aproximadamente 16 especies y una única familia. Aunque se les agrupa en el superorden Afrotheria como grupo hermano de los aardvarks (orden Tubulidentata); curiosamente aunque no están tan estrechamente emparentados, dentro del superorden Afrotheria se encuentran los elefantes, por lo que hasta eso podemos decir que sí son más cercanos a estos que a las musarañas verdaderas.
En otros aspectos los sengis son únicos, pues tienen muy bien desarrollados 3 sentidos, a saber la vista, el oído y el olfato, pues tienen una nariz flexible y desarrollada, unos grandes y vivarachos y una orejas grandes y bastante móviles. Estos sentidos les ayudan a detectar a sus presas, que son una gran variedad de artrópodos, anélidos y hasta algunos vertebrados pequeños. Por otra parte son muy eficientes escapando de sus depredadores, gracias a sus sentidos que se suman a una gran agilidad y un sistema de caminos con escondrijos. Realmente la mayoría de las muertes –que no son por vejez- ocurren después de que las crías maduran sexualmente y deben abandonar el territorio de sus padres, para crear su propia “pista”, pero en su hábitat deberán esperar no sólo encontrar su lugar sino una pareja pues son seres monógamos –raro para un mamífero-  que juntos mantienen limpia su “pista” y además protegen el territorio de otros sengis. Los sengis viven poco, y no tanto por su metabolismo acelerado, sino porque sus dientes se desgastan al cabo de poco más de dos años y mueren de hambre. No obstante esto permite que nuevas parejas se establezcan en los territorios. Actualmente el único problema para ellos es la pérdida de hábitat pues son especialistas en el tipo de suelo que se desenvuelven, y aunque no están considerados bajo amenaza de extinción, no son una preocupación porque aún en el África que viven, pocos son los que saben su nombre y menos los que saben que esos pasos rápidos en la hojarasca es un sengis que corre feliz en busca de nuevas presas.

fuentes:
The new Encyclopedia of MammalsEdición por David MacDonald y Sasha Norris Brown Reference Group, (2006)
A new estimate of afrotherian phylogeny based on simultaneousanalysis of genomic, morphological, and fossil evidenceErik R Seiffert; BMC Evolutionary Biology (2007) 7:224


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