El tema de la extinción es uno de los
que más me han llamado la atención desde que tengo uso de razón,
siempre me han gustado las historias de los seres que han poblado la
tierra, incluso las ficciones sobre ellos o incluso los procesos de
extinción en mundos ficticios.
Y esa en general es una de las razones
por las que decidí comprar aunque fuera de novedad (la verdad me
gusta comprar libros con descuento, el dinero no lo regalan, pues.)
Me complace el texto, pues es bastante
disfrutable, no únicamente para el público lector con algún grado
de conocimiento en el área de la biología evolutiva, sino también
para el público en general, pues el libro desde su presentación,
pasando por sus ilustraciones, narrativa, anecdotas y sus temas,
se manifiestan correctos, amenos y accesibles por cuenta propia.
Queriendo decir que con ello, que se lee con ese gusto que tienen las
cosas que son sencillas sin ser toscas o que al final presenten ideas
que los estudiados en el tema pudiesen tachar de torpes e
incorrectas.
Mi experiencia con ese libro fue,
fluída, pues en 7 horas aproximadamente lo di por concluído, tuve
una satisfacción al enterarme, recordar o agregar detalles de varias
de las historias que ahí se mencionan. Debo comentar que el FCE y la
imagen que se manejó de éste libro, además de mi propia persona me
llevaron a esperar otra cosa, achaco la culpa a quien escriba la
contraportada y escribió la reseña con la cual me enteré de éste
libro.
Para el lector ocasional de la
“divulgación de la ciencia mexicana”, puedo decir que es un
libro muy accesible, siendo a mi gusto un vicio del el autor, pues
trata de ser demasiado accesible, incluso algunas referencias aunque
contempóraneas de la “chaviza de internet” simplemente son poco
articuladas y entorepecen la propia obra del autor.
Existe un choque entre esa necesidad
por ser accesible y la abundante cultura que se nota posee el autor,
los modos de su escritura y sus abundantes referencias lo delatan,
sin caer en la pesadez de autores como Richard Fortey, quien de paso
forma parte de su bibliografía :D (y a quien adoro pero reconozco es
muy atascado y requiere varias notas para el lector cuya cultura se
limita a los artículos de internet y a una educación universitaria
cumplidora y no muy entusiasta)
El texto domina el tema que trata, pero
además aborda las abundantes historias (aunque no son tantas como yo
hubiera querido) sobre la extinción, descubrimiento y esfuerzos por
reaparecer especies animales extintas. Por esta razón se vuelve un
texto empático y ameno y por ello, es un libro que yo recomendaría
no sólo para lectores de bachillerato y primeros semestres de la
carrera de biología, sino para veterinarios de vida silvestre,
antropólogos e incluso estudiantes de semestres más avanzados de
biología. Y no digo esto porque sea un libro con datos avanzados o
refinados, sino porque es un texto brillante que agiliza las ideas y
concepciones sobre la evolución y los procesos de la vida. Incluso
como ejercicio educativo personal es recomendable, pues no es un
libro que por ser accesible pueda ser tildado de superficial y ñoño.
Y lo digo a sabiendad de que no conozco
biológos que se las sepan “todas todas” y desde luego sin ser
Lamarckiano, admito que la falta de estudio en temas generales de la
biología, atrofia esos detalles que son esenciales para toda persona
bien educada en la ciencia de la biología y más aún en aquellos
que no forman parte de esa área de estudio.
El libro está constituído en 9
capítulos, y una vez librado el primero de ellos siento pueden
leerse salteados, pues cada uno de ellos tiene suficiente cohesión
como para no depender de los demás, aunque entre ellos mismos se
hacen referencias, yo considero esto muy atractivo en un texto,
quizás porque soy un lector disperso y suelo leer pedazos de
distintos libros a lo largo del mes. Cada capítulo contiene
fotografías e ilustraciones suficientes como para echar a volar la
imaginación sobre las historias que contienen.
Los apéndices, por su parte, es donde
el autor puede explicar más libremente algunos temas en los que al
ahondar en el corpus del texto, hubiese sido entorpecedor, y
honestamente no cualquiera logra explicaciones sencillas y amenas sin
hacer uso de un apéndice. Pero opino que la falla más grande de
éste texto es que el autor a veces desconfía de su lector o incluso
tal vez de un jurado (no hay que olvidar que el texto es el más
reciente ganador del premio Ruy Pérez Tamayo) y tiene momentos en
que se nota forzado tratando de ser más accesible de lo que para
un texto de su magnitud y riqueza debiera ser aceptable. Considero
que omitir por completo los nombres cientifícos de todas las
especies referidas es incluso antipedagógico y el apéndice que los
incluye además viene en orden alfabético y carece de referencias
sobre en dónde se nombra la susodicha especie.
De nuevo a pesar de esos detalles creo
que es un buen libro, un texto de calidad que tal vez se pone un poco
el pie, pero es un buen esfuerzo que recomiendo.
Es notable que el texto no minimiza la
importancia de las extinciones antropogénicas y lo mucho que nos han
costado no sólo materialmente ni en el daño al ecosistema que hemos
creado sino en la experiencia del vivir. A nuestro ritmo actual tal
vez seamos la última generación que pueda ver animales como
elefantes, rinocerontes, tigres y osos, no sólo en los parques
zoológicos sino en libertad. La megafauna es realmente más rara de
lo que creemos y es sólo un efecto de lo familiar que la han hecho
los museos y los zoológicos.
Por ello concluyo que “Crónicas de
la extinción” es un buen texto que no sólo aporta datos, fechas y
nombres sino que permite crear una sensibilización real, sobre uno
de los procesos más importantes de la evolución de la vida misma.
Chars 12.02.2017
P.S.
https://www.fondodeculturaeconomica.com/DetalleEd.aspx?ctit=046244R
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